Definiciones.
¿A qué llamo Psicopolítica?
Historia y lógica del Concepto I.
1. Introducción
Psicopolítica
es un neologismo que surge a partir de una pregunta básica: ¿se puede hablar de
sujeto sin hablar de las condiciones
materiales de existencia para que un sujeto advenga como tal?
Claro
está que no arribé a semejante pregunta
por casualidad.
Comencé
como librepensador orientado al psicoanálisis hacia el 2002, luego de años de
estudio en la Facultad. No me cerraba la
idea de asimilar el concepto “sujeto” a montajes simbólicos casi como si el
sujeto no fuera otra cosa que un “hecho de lenguaje”.
Si uno
lee a Freud y lo entiende, lo primero que se puede concluir es que si existe
alguna realidad definible con el nombre “sujeto” esa realidad dista mucho de
ser una “unidad” en sí-misma y que esa realidad es una realidad concreta, en
permanente gestación, algo que debe desarrollarse
como tal.
2. Las primeras
preguntas
Recuerdo
que desde el primer día en la Facultad, casi a la manera de chiste, la primera
pregunta que me hice es ¿a qué está sujeto el sujeto? De lo cual se desprendió
la pregunta ¿es lo mismo hablar de sujeto que de “sujetado”?
Preguntas
ingenuas sin dudas pero ese fue el comienzo. Con el paso de los años fui
leyendo e investigando diversos autores, tendencias y escuelas, y las preguntas
fueron tomando diversas formas aunque en el fondo, seguían siendo más o menos
las mismas, redefiniéndose por ejemplo en ¿qué es esa realidad a la que damos
el nombre “sujeto”?¿Cuál es su contexto natural?
3. El sujeto entre lo
Inconsciente, el deseo y el lenguaje
Como
todo estudiante oía hablar de “el sujeto del inconsciente”, de “sujeto del
deseo”, de “sujeto del lenguaje”. Pero ninguna me cuajaba realmente.
En lo
inconsciente no hay deseo ni lenguaje. Tan solo vida pulsional en estado puro,
afecto libre que pugna por ligarse a una representación, y esas primeras
huellas completamente contingentes que se relacionan desde la más absoluta
arbitrariedad.
El deseo
es una construcción, algo que el sujeto desarrolla, por decirlo así, al
desarrollarse, por lo tanto, el sujeto no puede ser “sujeto al deseo” por más
que ambos conceptos sean solidarios y correlativos.
Menos
aún se puede pensar al sujeto como “sujeto del lenguaje” pues el lenguaje es en
sí una construcción subjetiva, por más que en abstracto podamos establecer que
en la realidad hay unas relaciones mínimas entre cosas y que esas relaciones
nos den la impresión de que hay una organización como si fuera un lenguaje.
Lacan
dice muy cómoda y juguetonamente:
“el sujeto es lo que
representa un significante para otro significante”
Ok.
Yo
podría decir “el sujeto es lo que representa una red neural para otra red
neural” y estaría diciendo lo mismo. Es decir, nada de nada.
Pues si
hay significante, es significante solo en tanto hay un sujeto por representar.
4. El sujeto y los
lazos afectivos.
Como yo lo concebía, el sujeto no puede
ser “a-histórico” ni ajeno a la realidad por más que se trate de un concepto
simbólico.
De hecho, siguiendo a Freud, es fácil
concluir que es la historicidad de las huellas mnémicas, la red de relaciones
que inauguran, reproducen y reinventan los procesos inconscientes, lo que hace
que podamos hablar de una realidad definible como sujeto.
Las huellas mnémicas son antes que
nada, huellas de afecto, huellas de relaciones, digámoslo de una vez, de
vínculos más o menos realizados, más o menos fantaseados pero siempre
experimentados como realidad de ahí que haya un registro de lo vivido.
Fue así como comprendí que si existe el
sujeto solo puede ser sujeto de los lazos afectivos.
El sujeto es un emergente, apenas una
discontinuidad en esa caldera en ebullición de discontinuidades llamada
subjetividad, que se reconoce como tal, que opera sobre sí-misma, que se da un
soporte (al que llamamos deseo) y desde ahí se jalona hacia un advenir como
desarrollo constante.
Dicho de otra manera, el sujeto y el
deseo, funcionan como aquellos dibujos animados donde el personaje en medio de
un abismo, toma un ladrillo que ya ha pisado y lo ubica en el aire para seguir
caminando.
Continúa en ¿A qué llamo Psicopolítica?
Historia y lógica del Concepto II.
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