jueves, 7 de noviembre de 2019

Glosario: Relaciones Simbióticas


Glosario
Psicología de la vida cotidiana

¿A qué llamamos relaciones simbióticas? (Parte I)


Imagen de Stefan Keller-Pixabay


Introducción.

Cuando hablamos de relaciones simbióticas pareciera que estamos hablando de algo, de un modo de vínculo, completamente alejado de la vida cotidiana tal como si le reserváramos a este modo de relacionarse un lugar exclusivo en la dimensión de la patología. 

No es de extrañar esta consideración a primera vista: en general, las relaciones simbióticas aparecen claras y evidentes en sus casos más extremos o mejor dicho, en su exteriorización más extrema.

No es por casualidad.

En general, por un lado hay una suerte de manto de piedad que cubre gran parte de las relaciones simbióticas -al menos en sus estadios menos manifiestos-, y por otro lado, hay un una suerte de aceptación de cierto grado de “simbiosis” en determinados vínculos. 

Así por ejemplo, nos parece “natural” que en ciertos vínculos como el vínculo “madre-hija” aparezca un determinado grado de simbiosis; y comportamos la misma actitud respecto de la relación entre enamorados en la primera fase del enamoramiento y, por extraño que parezca, sostenemos la misma naturalización de cierto grado de simbiosis en una relación de pareja de larga data; también somos permisivos –piadosamente permisivos- respecto de cierto grado de simbiosis entre los miembros de un determinado grupo de amigos aunque, por extraño que parezca, cuando en vez de manifestarse entre los miembros de un grupo se manifiesta exclusivamente entre dos personas unidas por un vínculo de amistad se produce en nosotros una reacción adversa, al menos, que se trate de una relación de amistad en la temprana adolescencia, en cuyo caso nos parece más “normal”.

Ahora bien:

¿De qué hablamos cuando hablamos de “relaciones simbióticas”? ¿Por qué se naturaliza cierto grado de simbiosis en determinados vínculos y en otros nos parece absurdo o directamente patológico?

Sobre la Simbiosis en términos generales.

La etimología de la palabra “simbiosis” nos presenta la idea de un proceso por el cual existe una convivencia –y mejor aún- una vida en conjunto entre dos individuos. En términos generales, desde una perspectiva biológica-ecológica hay tres grandes categorizaciones de este modo de vínculo llamado Simbiosis, a saber:

a)    Mutualismo.
b)    Parasitismo.
c)    Comensalismo.

En el primer caso, ambos individuos (sean de la especie que sean) se ven beneficiados por esa “vida en conjunto”.

En el segundo caso, uno solo de los individuos se nutre de beneficios a costas del daño ocasionado al otro individuo.

Y en el tercer caso, uno solo de los individuos se beneficia de la vida en conjunto sin que el otro reciba algún daño o algún beneficio.

La digresión nos ha llevado a contextualizar el concepto en términos generales pero la pregunta subsiste: ¿a qué llamamos “relación simbiótica” desde una perspectiva psicológica?


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